Domingo
17 de octubre de 2020. Primera semifinal del Circuito de novilladas sin
picadores de CyL. Plaza La Vega de Villoria (Salamanca) .
Novillos
de Valrubio y de Valdeflores (1 y 3). Bien presentados y de juego desigual. En
general justos de fuerzas. Destacó el quinto novillo, de nombre “Pachín-7”
premiado con la vuelta al ruedo.
Juan
Pérez Marciel, Silencio y oreja.
El Dody, Oreja y dos orejas.
Ismael Martin, Dos orejas y silencio.
Entrada.
Lleno de no hay billetes en el aforo permitido.
Este fue
el orden de lidia:
1: No. 15, Marques,
2: No. 04, Jumillano.
3: No. 24, deseadito
4: No. 26, Dionisio,
5: No. 07, pachin
6: No.
A
cotinuacion la cronica de Noelia Crespo
El Dody, Oreja y dos orejas.
Ismael Martin, Dos orejas y silencio.
1: No. 15, Marques,
2: No. 04, Jumillano.
3: No. 24, deseadito
4: No. 26, Dionisio,
5: No. 07, pachin
6: No.
La
primera semifinal del Circuito de novilladas sin picadores de CyL aterrizó en
la localidad salmantina de Villoria en una tarde calurosa y de mucho ambiente
en los tendidos. La plaza La Vega acogió una novillada variada e interesante de
Valrubio y Valdeflores con los que los tres novilleros pudieron expresarse con
comodidad y disposición.
Juan
Pérez Marciel, quien entró sustituyendo al lesionado Mario Navas, llegó a la
plaza de toros de La Vega con ganas y actitud de demostrar que merecía ese
puesto en la final desde el primer momento. “Marqués – 15” fue el primer
novillo en salir por toriles al que el joven novillero recibió a porta gayola
con firmeza. Rápidamente conectó con los tendidos, recetando varias largas
cambiadas en el tercio y tras torear por verónicas con ambas rodillas en
tierra. Posteriormente completó un tercio de banderillas solvente en donde el
novillo complicó la labor tras apretarle mucho en los pares. Inició su faena de
muleta doblandose con el animal y aprovechando la inercia y repetición del
astado de Guejuelo del Barro. Buscó ligarle los muletazos con profundidad y
mano baja, en una media distancia y entendiéndose con el animal. Al natural,
tirando hacia adelante de la embestida, logró algún pasaje estimable ante un
novillo más dificultoso. Estuvo enrazado y dispuesto en todo momento en una
faena a menos. Final por alto y tras varios pinchazos enterró una estocada
entera.
“Dionisio
– 26” fue el cuarto novillo de la tarde para el novillero de la escuela
salmantina. Nuevamente lo fue a recibir a la puerta de chiqueros, aunque esta
vez sin suerte. Lo saludó con la capa con varias verónicas hasta los medios
aprovechando la repetición y clase de la embestida. Tras compartir el tercio de
banderillas con Ismael Martín, comenzó su trasteo en los medios, pasándose el
novillo por la espalda. En una media distancia, dando el pecho y llevando la
muleta por delante, logró de uno en uno templar la noble embestida de un animal
justo de fuerzas. Poco a poco se fue asentando logrando pasajes muy despacio y
encajados por ambos pitones. Faena a más, echándole los vuelos al natural y
toreando con la panza de la muleta. Muy cómodo y agusto, firmó detalles de
torería, fiel a sí mismo y sintiendo el toreo. De hinojos en los medios toreó
en redondo para terminar de enloquecer al tendido. Faena larga que culminó con
bernardinas. Dos bajonazos emborronaron una labor que se quedó en una oreja.
En
segundo lugar salió “Jumillano – 4” al que logró saludar con el capote El Dody
por verónicas, bajándole la mano ante un novillo con temple y ritmo, aunque sin
fuerza. Esto último se mostró durante toda la faena tras permitir y mantener un
inválido en el ruedo de manera incomprensible. Novillo para estar cómodo
delante de él que no mostró ninguna dificultad al joven novillero. Con él pudo
expresarse a la perfección, buscando el temple y la suavidad en el trazo de
cada muletazo. Estuvo dispuesto y asentado firmado pasajes personales por ambos
pitones entendiendo lo que requería el animal. En las cercanías del animal,
aguantó, se lo pasó cerca y estuvo muy cómodo. Tras unos circulares, dejaría una
media estocada algo atravesada que le permitió cortar el primer trofeo de la
tarde.
Al quinto
de la tarde, de nombre “Pachin – 7” lo recibió por verónicas desde el tercio el
joven madrileño. Brindó la faena al respetable para después comenzar su trasteo
doblandose ante un astado con fijeza, humillación y repetición. Sacándolo a los
medios, comenzó por derecho ligando los muletazos a un animal que se
desplazaba. Dejándole la muleta por delante y bajandole la mano, logró llevarlo
con profundidad, faltando acople por momentos. De uno en uno y echándole los
vuelos sin toques, dibujó naturales con suavidad y profundidad llevándolo hasta
el final. Pisó los terrenos del animal de Guejuelo del Barro con oficio y la
técnica que atesora. Finalizó su faena por manoletinas terminando de conectar
con los tendidos. Estocada trasera y algo caída y un golpe de descabello le
permito cortar el doble trofeo a un novillo premiado con la vuelta al ruedo y
resultar el triunfador numérico del festejo.
“Deseadito
– 24” fue el novillo que se lidio en segundo lugar por Ismael Martín. Logró
firmar un saludo capotero con cadencia y gusto tras recetarle varias verónicas
templadas ante un novillo con repetición. Se hizo cargo del tercio de
banderillas donde el animal le apretó mucho y se llevó varias volteretas.
Encastado y con humillación fueron algunas de las virtudes que presentó el
animal al que le comenzó faena por genuflexos, sacándoselo para fuera e
intentando templar la brava embestida. En el comienzo de la faena firmó varias
tandas por ambos pitones demasiado acelerado, buscando torear con profundidad
una embestida nada sencilla y con la que había que estar muy firme. A medida
que avanzó la faena se asentó, basandose en los toques y dándole más tiempo,
firmó algún pasaje más templado y encajado. No terminó de entenderse ni estar
agusto delante de la casta que transmitía el animal. Estuvo con raza y
disposición el de Cantalpino, quien terminó su labor con una estocada trasera y
contraria y doble trofeo como premio.
Faltó de
fuerzas salió el sexto novillo de la tarde. Ismael logró saludarlo por
verónicas para sacárselo así a los medios con inteligencia. Tras compartir los
palos con Pérez Marciel, inició su trasteo muleteril por alto, a pies juntos y
muy quieto desde el tercio. Logró a medida que avanzaba la faena firmar
momentos de toreo caro e interesante cuajando al noble astado de Valrubio. Por
derecho toreó con profundidad y mucho asentamiento, fiel a su concepto, se
acoplo y ligó series de mucho calado. Dando el pecho y el tiempo necesario y
requerido para el animal, templo la embestida, dibujando muletazos muy
despacio, hasta el final con firmeza y entrega. Se encajó Ismael dejando
detalles de torería con mucho gusto y personalidad a medida que avanzaba la
labor. Estructuró una faena muy sentida por el público que en todo momento supo
ver las buenas formas del novillero. Echando la muleta por delante, en el sitio
y ajustado, hubo naturales de excelso trazo. Circulares y luquesinas fueron el
cierre a una faena de nota alta. Fue una faena larga en la que se sintió agusto
y que finalizó por manoletinas. Erró con los aceros una faena de premio.
Cronica: Noelia Crespo